Ser zurdo no es un impedimento para hacer Lettering
Hace casi un año que estoy inmersa en este mundo lleno de letras y en el camino varias personas se han acercado a mí para decirme que quisieran hacer Lettering pero como son zurdos, se van abajo porque piensan que es un impedimento, y no lo es. Te lo dice una zurda que dibuja letras.
La verdad es que cuando las circunstancias retan más, los méritos son aún más grandes, y en este post te voy a dar algunos trucos que he ido aprendiendo en el camino como zurda que si bien no es un impedimento, a veces puede ser algo frustrante al estar desorientados.
Comencemos con los tips:
- Colocar una hoja entre la súperficie en la que estás dibujando y tu mano, y en la medida que vayas avanzando en las letras, mueves la hoja, de esta forma estás protegiendo lo que ya está hecho y evitas manchar tu mano y por ende, mantener impecable la pieza.
- En caso que estés haciendo brush Lettering, lo ideal es siempre mantener la punta del brush pen orientado a la esquina superior derecha, de esta forma, ya estás predeterminado las inclinaciones de los trazos.
- Cuando trabajes con materiales que tengan que secarse, como marcadores, pinturas, acuarelas o tintas, tienes que esperar que se seque cada letra para no arruinar el arte.
- Si eres un poco más impaciente y el tip nro 3 te parece un fastidio, entonces eres como yo, y en ese caso te recomiendo que hagas primero todo en lápiz muy clarito, y luego lo repases de derecha a izquierda, sí, tal como lees, comenzar por el final de la frase y terminar en el comienzo, te aseguro que de esta forma evitas que tu mano toque lo que ya está hecho y también te ayuda a concentrarte más y ser más cuidadoso al momento de realizar cada trazo.
- Acuérdate que el Lettering es el arte de dibujar letras, así que tienes que hacerlo lento, con calma, y para eso no sólo necesitas la mano con la que escribes, ayudate con tu mano derecha manteniendo firme la hoja o la superficie en la que estés dibujando, así evitas errores y recuerda no tensar la mano con la que dibujas sino más bien, relajarla entre cada trazo.
Espero que estos consejos te ayuden, y que te des cuenta que ser zurdo sólo le añade más creatividad a todo este arte.
La maternidad es arte
Todos mis sueños giran entorno al arte y desde pequeña anhelaba ser mamá joven porque admiraba la forma en que mi mami llevaba la maternidad con creatividad.
Y es que para mí ser mamá no vale “la pena”, sino que vale la inspiración, el amor y la diversión. Tampoco se trata de perfección porque hay muchos días de cansancio, frustración e impaciencia. Y tener miedo a la responsabilidad, a la nueva prioridad e incluso a la absurda creencia que los niños truncan los sueños es normal, pero la verdad es que para mí, mi compañerito de vida es mi mayor motivación y quien con su existencia me hace creer en lo imposible.
Una vez que esculpes un ser inmaculado durante nueve meses en tu vientre, y aprendes a bailar una danza desconocida al ritmo de tu hijo(a), te adentras en un mundo de llantos, y colores pasteles; asumes la improvisación como parte de tu día a día y una personita pronto te toma por la mejor humorista regalándote las carcajadas más tiernas, y no le importa que no seas Sinatra porque tu voz lo calma como ninguna otra y hasta disfruta tus malas composiciones musicales, entonces descubres lo obvio: la maternidad es arte.
Yo asumo mi maternidad como mi arte más importante porque gracias a ella todo en mí se exacerba a un nivel superior de intensidad.
Amo más, creo más, lucho más, y siempre tengo una fuente de inspiración.
Pero no me malinterpretes, la maternidad no es fácil ¿Pero acaso algún arte lo es? Es verdad que me llena la vida de colores, pero también hay matices grises.
Quizá lo ideal es no luchar contra ellos, sino aprender a sobrellevarlos, abrazarlos, e incluso disfrutarlos. También me disculpo cuando el cansancio me gana y sólo me frustran las dificultades…
Porque la maternidad es así, un laberinto donde me entrego por completo… a veces me pierdo, y me equivoco; pero al mismo tiempo me encuentro en mi pura esencia.
Lo que pasa es que yo veo el arte como algo del día a día, para mí no se trata de un producto final, sino todo el proceso creativo que comienza incluso antes de existir y que no tiene final.
Sí, yo asumo mi maternidad como un arte, y ¿cómo si no?
¡Si estoy creando la obra de arte más maravillosa que puedo hacer en mi vida!
Estoy criando y educando a mi hijo.